martes, 3 de septiembre de 2013

Burocracia y amortiguadores

Escribo desde mi penúltima semana de espera antes de irme. Con ésta ya van tres meses.

El saldo: más de treinta películas vistas y aproximadamente cien horas pasadas en cama mientras hay sol en la ventana, los cinco libros autobiográficos de Thomas Bernhard leídos, además de tomar un curso de alemán nivel A1/1 (lo suficiente para decir Ich bin Valeria, Ich habe hunger: Soy Valeria, tengo hambre).

Debo enumerar también los muchos momentos de hastío pasados en diversas oficinas, a saber: Santander, Embajada de Viena, Embajada de Canadá, Dirección de Internacionalización de la UNAM, etcétera.

"Y eso que es para algo que quieres, imagínate que fuera porque tienes que pagar algo", me dice mi papá.
Entre más años de vida, más expertise burocrática.

Uno de mis trámites fue pedir una visa de tránsito para pasar impunemente por el aeropuerto de Toronto y transbordar al vuelo que me deje en Viena. Lo barato sale caro, dicen, porque cuando me entregaron la visa, ésta sólo tenía vigencia hasta el 17 de enero. Yo regreso el 4 de febrero. Entraré, pues, a la aduana con un poco de nervio porque mis documentos no cumplen con los requisitos. "Todo sea por vivir la experiencia internacional", me dice mi mamá.

Por lo menos ya tengo mi maleta lista. Mi madre, previsora, me dijo que la hiciera ayer. Pasé toda la mañana metiendo pantalones diligentemente doblados y botellas de shampoo envueltas en bolsas de regalo de la Gandhi. Cuando llegó en la noche y la vio, me llamó "principiante", la deshizo (toda) y la volvió a hacer, creando, en sus palabras, "amortiguadores": "Lo que buscamos es crear amortiguadores para que las cosas que se pueden romper vayan entre la ropa".

El caso es que está todo listo, y entre más pasa el tiempo y menos falta para irme me pongo más nerviosa pensando en todo lo que podría salir mal, qué tal que me detienen en el aeropuerto por llevar tantos rollos de papel de baño en la maleta, mi mamá los metió para crear amortiguadores.


2 comentarios:

  1. Jajaja. Este está buenísimo :) Me gustó tu blog, prima.

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  2. Gracias, prima. A mi mamá también fue la entrada que más le gustó, creo que porque la menciono muchas veces, jo.

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