Alejandro me dijo que cuando hiciera más frío las nubes se iban a condensar y el sol iba a volver a salir. Tenía razón, después de tres semanas de cuasi penumbra, hoy empezó a nevar y escribo con un rayo de luz reflejado en la pantalla de mi computadora.
Estoy fascinada, como si acabara de llegar a la ciudad.
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